PREMIO MUJER DE JOTA 2014
POR ARAGÓN
Semblanza biográfica de Carmen Cortés, "Mujer de Jota 2014"...
Esta semblanza comienza en un pueblo de Aragón: Belchite, en
la primera mitad del Siglo XX. Una familia aragonesa, como tantas otras, debe
abandonar su tierra y sus raíces para buscar un futuro mejor para sus
descendientes. Así es como una joven Belchitana llega a Barcelona en busca de
oportunidades, donde comienza una nueva vida y donde se enamora y contrae
matrimonio con un joven catalán. Fruto de este matrimonio viene al mundo quien
habría de ser una de las joteras más destacadas de todos los tiempos: Carmen
Cortés Tallada. Una gran jotera que consiguió nada menos que 4 Premios
Extraordinarios del Certamen Oficial de Jota y que desarrolló una brillante
carrera artística desde el Centro Aragonés “Goya” de la Ciudad Condal.
Aquellos padres difícilmente podrían soñar con el destino
jotero de su hija, pese a que la madre provenía de la antigua Belice íbera,
capital de la Comarca del Campo de Belchite y centro de una importante zona
jotera con valores muy destacados
en las diversas épocas de nuestro canto:
Pedro Montalbán de Letux y Ángel y Jesús Gracia de Lécera, en la primera mitad
del Siglo XX; Jesús Obón de Azuara, Mª
Pilar Sanz y Miguel Ángel Fron de Belchite o Florencio Artal de Moneva, en la
segunda mitad del Siglo XX; y, en lo que
va de Siglo XXI, Ángel Sánchez de Moyuela, Roberto Villagrasa de Codo y los
leceranos Beatriz Bernad y Fernando de la Natividad, que han revitalizado la
jota en la comarca con sus escuelas joteras de Almonacid y Lécera,
respectivamente.
Barcelona y su área metropolitana fue un lugar de éxodo
preferente para los emigrantes aragoneses. Ello supuso que se marcara una
estrecha relación de la Ciudad Condal con Aragón y la Jota. De manera que en
1914, Barcelona, ya contaba no con uno sino con dos Centros Aragoneses: el Centro
Aragonés “Goya”, situado en la Calle Joaquín Costa, y el Centro Cultural y
Recreativo Aragonés, ubicado en la calle Canuda. Ambos centros procuraron desde
muy temprano formar sus grupos
folklóricos y, para ello, promovieron el desarrollo de sus academias de baile,
canto y rondalla. Así los aragoneses desplazados a Barcelona y sus descendientes
podrían desarrollar su afición musical en la Jota, lo que les permitiría tender
un puente con Aragón y sus costumbres y calmar la añoranza hacia la tierra
aragonesa.
Entre los referentes más importantes de la Jota Cantada en
Barcelona, se encuentra Conchita Pueyo quien fuera fundadora de la Academia de
Canto del “Goya”, donde formaría a joteros de la talla de Tomás Gregorio con el
que registró hermosos dúos en los surcos de los viejos discos de pizarra. Tras
su cese en la Academia de Canto del “Goya, en 1957, fundó la academia de canto en
el “Canuda”, de donde surgirían joteros de la talla de “El Zagal de Oliete”.
Otro referente jotero en la capital catalana fue Ángel Sanz
“El zagal de Mediana”, quien también impartió sus lecciones en el “Canuda”
formando, entre otros, a la gran jotera de Cimballa: Ángeles Pérez. Y, también,
el que sería el maestro de Carmen Cortés: Máximo Maurel, “una verdadera institución
en la vida jotera del Centro Aragonés de la Ciudad Condal” según Don Demetrio
Galán Bergua. Maurel había nacido en Zaragoza y se había instruido en el manejo
de la bandurria bajo las enseñanzas del inolvidable bandurrista Bienvenido
Mormeneo “El cordonero”. Tomó parte de las rondallas del Maestro Calabia, de la
Agrupación Artística de Zaragoza y de la rondalla del Maestro Santamaría entre
1933 y 1941. Además, recibió formación en baile por parte de Amalia e Ignacio
Zapata. Todas estas circunstancias le permitieron conocer de muy primera mano
la Jota y sus más destacados intérpretes.
En 1957, tras cesar en el cargo de profesora de la Academia
de Canto del “Goya” Conchita Pueyo, Maurel tomó el testigo al frente de la
citada academia tras la sugerencia de Felix Aragó. De esta manera se plantó el
germen para que de la mano de Maurel surgiese una generación de grandes cantadores
que a lo largo de los años 60 y 70 iban a representar una auténtica revelación:
Ramón Navarro, Bienvenida Argensola, Amparo Padilla y al frente de todos ellos
Carmen Cortés, quien iba a ser el auténtico estandarte de la Escuela Jotera de
Maurel.
A principios de los años 60 inició Carmen su formación junto
al maestro y desde muy pronto comenzó a cosechar importantes logros en los más
importantes Certámenes de Jota Cantada, alcanzando las más altas cotas. Tan
solo 2 mujeres, la propia Carmen Cortés y Begoña García han conseguido alzarse
en 4 ocasiones con el Premio Extraordinario del Certamen Oficial de Jota,
organizado por el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza para las Fiestas del Pilar.
Carmen consiguió el Primer Premio en el año 1964 y los Premios Extraordinarios
en los años 1966, 1970, 1974 y 1976 marcando una auténtica hegemonía en
prácticamente una década de Certamen. Y
es que tal y como refiere Fernando Solsona: “Carmen Cortés es, sin duda, una
cantadora que marcó una época”.
Mención especial merece aquella mañana del 8 de Octubre de
1974 cuando la gran Carmen Cortés ganó el premio extraordinario femenino con
una interpretación antológica de “Entré un día a ver la Virgen” y de la
emocionante “Adiós baturro del alma”, como nos recuerda el escritor José Luis
Melero. En una edición en la que se presentaba a concurso una auténtica leyenda
de la Jota “El Pastor de Andorra”, 30 años después de haber conseguido el
Premio Ordinario.
Resulta también destacable su consecución del 1º Premio de
Profesionales del prestigioso Certamen de Jota Cantada “Demetrio Galán Bergua”,
organizado por Radio Zaragoza, en su 3ª Edición. Un 19 de Marzo de 1982 en el
Teatro Argensola de Zaragoza y tras superar la fase clasificatoria en el Teatro
Municipal de Alcañiz, Carmen se alzaba con este Premio tras haber obtenido el
2º Premio en las dos primeras ediciones del citado Certamen (1980 y 1981).
Tras conseguir sus primeros éxitos registra sus primeras
grabaciones en vinilo con la Casa Vergara acompañada de la Rondalla del Centro
Aragonés. Un legado discográfico que amplía posteriormente en nuevas
grabaciones en solitario o junto a su compañero Ramón Navarro. En su
extensísima obra discográfica llegó a registrar más de 125 grabaciones en
diversos soportes sonoros de la época para las compañías Vergara, Sonoplay,
Movieplay y Orlador. Una verdadera antología de la Jota Cantada con jotas de
estilo, jotas a dúo junto a su compañero Ramón Navarro, y jotas de baile/ronda.
Además del acompañamiento de la rondalla del Centro Aragonés dirigida por el
Mtro Maurel, contó también en muchas de sus grabaciones con el acompañamiento
de la Rondalla Bretón dirigida por el Maestro Santos Cardona.
En su obra “La Jota Cantada” Fernando Solsona hace referencia,
por su excelencia y brillantez en la interpretación, a las siguientes grabaciones de Carmen: Rabalera,
Trilladora de Uncastillo, Sástago, Río Martín y la Batería. Asimismo Solsona
refiere el notorio afán de la jotera por
rescatar algunos estilos, como el de los hermanos Barceló de Sástago, las jotas
trilladoras de Uncastillo, la tonada de Robres y de la bella y de difícil
interpretación “Adiós, Zaragoza antigua”.
Sus éxitos y sus grabaciones le empujaron a tomar la decisión
de abrir un nuevo camino en la Jota y adentrarse en la enseñanza en el Centro
Aragonés “Goya”, primero, y en el Centro Aragonés de Hospitalet de Llobregat,
más tarde. Durante su magisterio Carmen se preocupó de transmitir a sus alumnos
todo lo que ella había llegado a conocer y saber de la Jota Cantada gracias a
su maestro, a su estudio y a la relación que estableció con compañeros como
Jesús Gracia y Piedad Gil, con los que mantuvo una estrecha relación basada en
el cariño, respeto y admiración mutuos. Carmen se preocupó de enseñar a sus
alumnos a amar la Jota, a respetarla y a cantarla con el corazón: como ella
misma había hecho a lo largo de toda su carrera. Pero en el año 2004,
desafortunadamente, Carmen se vio forzada a interrumpir su actividad artística
y docente tras sufrir un Ictus que le afectó en la articulación del habla. Pese
a ello la Jota sigue muy presente en su vida y en sus recuerdos.
Así se refirió a ella Fernando Solsona: “muy estudiosa, de
portentosas facultades, poseedora de una depurada técnica y amplio repertorio”.
Poco más queda que añadir a lo ya descrito en esta semblanza. Carmen Cortés es
una jotera con una trayectoria artística brillante, con más de 20 años de
actividad docente y con el gran mérito
de haber conseguido ser una mujer querida y respetada por todo el que la ha
conocido, un buen exponente de su excelencia humana. Por todo ello y por toda
una vida dedicada a la Jota, nuestro Centro Aragonés le dedica su homenaje con
el nombramiento como Mujer de Jota por Aragón en la 7ª edición de estos
Premios.
César Rubio Belmonte