PREMIO MUJER DE JOTA 2015
Semblanza biográfica de Pilarín Bueno, "Mujer de Jota 2015".
Pamplona, 16 de Julio de 1944, en
la festividad de la Virgen del Carmen y en el número 1 de la Calle San
Francisco viene al mundo una niña que es bautizada pocos días después en la
parroquia de San Lorenzo con el nombre de Pilar.
Sus padres: Justo Bueno Tundidor,
natural de Medinaceli, y Leandra Medina Carín, natural de Santa María de
Huerta; castellanos ambos, se encuentran en la capital pamplonesa por
cuestiones laborales, puesto que Justo que es Sargento de la Guardia Civil se
encuentra allí trasladado.
Pudiera parecer un capricho del
destino que habiendo nacido en Navarra y descendiendo de padres castellanos esa
niña tuviese que llamarse Pilar, más aún
cuando conocemos el estrecho vínculo que acabaría teniendo más tarde con Aragón
y su dedicación en cuerpo y alma a la Jota. Lo cierto es que el hecho de que
fuese bautizada con el nombre de Pilar se debe a otra circunstancia. Justo y
Leandra habían tenido una niña fruto del primer embarazo de Leandra que
falleció 4 meses después de su nacimiento. Tras esta niña la familia se vio
aumentada con 2 varones y cuando Leandra quedó embarazada por cuarta vez se
desplazó hasta Zaragoza para prometerle a la Virgen que si el fruto de su
vientre era una niña habría de llamarla Pilar. No sólo le concedió la Virgen su
deseo a Leandra, sino que quiso dotar a la niña de una hermosa voz que le
llevaría a ser un destacadísimo valor para nuestra Jota Cantada.
Tras tres años de permanencia en
Pamplona y uno más en Valcarlos, Pilarín llegaría a los 4 años de edad con sus
padres a Zaragoza, de donde ya nunca más se marcharía. En Zaragoza, como nos
dice Don Demetrio Galán Bergua “se crió, se educó, se hizo mujer, se enamoró de
la jota, la aprendió a cantar y se compenetró con el carácter y con el ambiente
aragonés convirtiéndose en una esplendorosa baturra”.
La infancia de Pilarín habría de
transcurrir en el barrio del Arrabal, en el cuartel de la Calle Jesús donde
vivía con su familia, y en las aulas del Colegio Altabás. Precisamente en este
Colegio es donde se produce su primer contacto con la Jota. Allí es donde se
cruza en su camino la menor de la saga “Zapata”, Angelita, quien le imparte sus
primeras lecciones de baile y quien percibe en la pequeña Pilarín unas
condiciones artísticas excepcionales. Pero como cuenta la propia Pilarín, sólo
bailó una vez en público en un fin de curso. Al parecer, el destino quiso jugar
sus cartas de nuevo, para orientar el futuro de Pilarín en el canto y no en el
baile de la Jota.
La adolescencia de Pilarín transcurre
entre sus estudios de Bachillerato Elemental en el Instituto Miguel Servet y
sus deseos por involucrarse en la música y el arte. Esta motivación por el
canto le lleva a presentarse a un programa de Radio Juventud titulado
“plataforma de estrellas” un día del mes de diciembre de 1959. En ese momento
se cruza de nuevo en su destino jotero Angelita Zapata, quien la reconoce y la
localiza para aconsejar a los padres de una jovencísima Pilarín que la lleven a
recibir clases de canto de un gran maestro de nuestra Jota: D. José Esteso.
Mientras tanto Pilarín se impregnaba del canto de José Oto, Encarnita Rodríguez
y Josefina Ibáñez; figuras destacadas en el momento y auténticos referentes
joteros para Pilarín.
Así el aprendizaje de Pilarín se
inició en Mayo de 1960 y cuando aún no había cumplido los 16 años, en Julio, su
maestro ya la presentaba en Radio Teruel como una gran promesa del canto. Efectivamente
no se equivocó y en octubre de 1960, recién cumplidos los 16 años, Pilar Bueno
concurre por primera vez a un Certamen Oficial de Jota que habría de otorgar
los premios por votación pública y logra el Primer Premio con más de 200 votos
de diferencia con la segunda premiada.
Con las enseñanzas únicas e
irrepetibles del maestro Esteso, Pilarín aprende todo cuanto sabe de la Jota: la
técnica, la forma de cantar y de interpretar, de amar y sentir la jota, de
transmitir y llegar al público. Pilarín encontraría en José Esteso y su esposa,
la gran cantadora,Pilar Abad unos segundos padres.
Tras la consecución de este
importante premio en el Certamen Oficial de Jota llegarían actuaciones en los
mejores teatros de España, colaboraciones con los más importantes grupos de
Jota del momento y grabaciones con importantes sellos discográficos. Así hasta
que en 1962 tiene que retirarse de la Jota temporalmente por el fallecimiento
de su padre, quien había disfrutado y se
había ilusionado con el canto de su hija. Y pese al dolor de tan gran pérdida,
la llamada de la Jota provocó que se reincorporase a la misma con renovado
brío.
En 1964 conquista el Premio Extraordinario en el Certamen
Oficial de Jota y en el mismo año el Primer Premio del Certamen de Jota Navarra
de Los Amigos del Arte, celebrado en el Teatro Gayarre de Pamplona. En Septiembre
de 1966 obtiene el 1º Premio en Alagón y en el año 1967 obtiene primeros
premios en: Alagón como solista y en la modalidad de dúos con Mariano Forns,
Premio Pilar Gascón, Épila y Cenicero. En 1971 consigue el Campeonato de Aragón
en el Certamen Oficial y le es concedida la Medalla de Santa Isabel de Portugal por parte
de la Diputación Provincial de Zaragoza. Y, en 1980 se alza con el Primer
Premio de Profesionales del Certamen Demetrio Galán Bergua en su primera
edición, celebrada el 29 de Junio en el Teatro Argensola de Zaragoza.
La carrera artística de Pilarín
permanece estrechamente ligada, por más de 40 años, al grupo “Alma de Aragón”
dirigido por Mariano Cebollero. Aunque también ha realizado colaboraciones con el
grupo “Santa Cecilia” de Educación y Descanso de Huesca, con “Raza Aragonesa”
de Isabel Zapata y con “Los Amigos del Arte” de Marcelo Catalán. Todo esto
propició que Pilar tuviese la oportunidad de cantar ante personalidades como los entonces Príncipes de Asturias y más tarde
Reyes de España: Don Juan Carlos I y Doña Sofía. Pilar, asimismo, tuvo la
oportunidad de viajar por toda la geografía Española de Norte a Sur, e incluso
llevar la jota más allá de nuestras fronteras hasta Francia, Italia o Alemania.
Durante varios años Pilarín actuó
a diario en el restaurante El Cachirulo, de Zaragoza. Destacaban en su
repertorio jotas de mucho sentimiento. Pilarín no esconde su predilección por
este tipo de coplas, puesto que como ella misma afirma siempre le ha gustado mucho cantarle al amor y nunca ha
dejado de hacerlo. Buena prueba de ello son las jotas que hay recogidas en sus
distintos trabajos discográficos. Pilarín cuenta con una amplia y excepcional
obra discográfica en solitario y junto a otros relevantes joteros: Carmelo Betoré,
Mariano Arregui, José Iranzo o Mariano Forns; que son un excelente testimonio
de su bien timbrada voz y su predilección por la jota brava y tradicional.
Entre sus grabaciones encontramos jotas aragonesas y navarras, dúos y
pasodobles.
La misma Pilarín nos apunta,
“creo que la jota no hay que gritarla, hay que decirla; se dice, se siente y
tienes que transmitirla a la persona que te está escuchando". Y ese buen
hacer se ha plasmado en cada una de sus grabaciones y de sus actuaciones. En
una de sus obras Don Fernando Solsona se refiere a Pilarín destacando que “su
bella voz y figura y su delicadeza y sentimiento en varios estilos lograron
excelentes creaciones y centenares de admiradores”
Actualmente Pilarín dirige el
grupo que fundó en 2006: Alma Jotera. Este mismo grupo promovió un acto de homenaje a su persona por
sus 50 años en el mundo de la jota. Este acontecimiento celebrado el 23 de mayo
de 2010 en la Sala Mozart de la capital
aragonesa, reunió a las voces más importantes del momento. Coincidiendo con
este homenaje se editó un doble CD titulado “50 años, 50 jotas” que es un recopilatorio
de los temas más importantes en su trayectoria.
Tras casi 55 años de actividad jotera,
que sólo ha interrumpido temporalmente tras el fallecimiento de su padre y el
nacimiento de su hijo, Pilarín define a la jota y a su familia como ejes
vertebradores de su vida. Y si recuerda con emoción a su padre, con la misma emoción nombra a sus dos nietos
Daniel y Lara que son hoy por hoy su alegría y su mayor fuente de
satisfacciones junto a la Jota.
César Rubio Belmonte
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