miércoles, 22 de febrero de 2017

NOELIA ORTÍZ CORMANO

PREMIO MUJER DE JOTA 2017 - CENTRO ARAGONÉS DEL PUERTO DE SAGUNTO





Esta historia empieza en la ciudad portuaria de Rotterdam, en Holanda, posiblemente la principal puerta de Europa desde el mar. Allí nació en abril de 1988 Noelia Ortiz Cormano, nuestra nueva Mujer de Jota. De puerto a puerto, desde el primer puerto de Europa en movimiento comercial hasta el que es el principal puerto del mundo, sí, el principal en la jota: el Puerto de Sagunto. Es también una historia personal más de esa España que ha sido país de emigrantes desde finales del siglo XIX, primero a América, y desde 1960 hacia Europa. La vorágine provocada por la necesidad de encontrar mejores medios de vida envolvió también a sus abuelos paternos que, afincados primero en el Puerto de Sagunto, saltaron desde aquí a Holanda, país de destino de muchos españoles en los años sesenta. No obstante, las vacaciones veraniegas pasadas en el Puerto propiciaron que los padres de Noelia se conocieran. Una vez casados se establecieron en Holanda, pero tras cinco años regresaron definitivamente a España, al Puerto, acompañados de una hijita de tres años.

A los seis años Noelia, llena de infantil curiosidad, pudo satisfacer en esta casa su deseo de conocer qué era la jota, aunque ya lo había intentado antes, a los cinco años, cuando les indicaron a sus padres que era demasiado pequeña para iniciarse en el baile. Podríamos elucubrar incluso que esto fue un reencuentro con la jota, puesto que Noelia desciende en parte de aragoneses de Teruel: su abuelo materno era de Castellote y su bisabuela paterna de Olba. Y lo remarcamos porque parece que hay acordes musicales que llegan o no al alma según la genética que nos ha correspondido. Eso lo podría explicar la neurociencia: por qué determinadas tonadas pulsan la emoción de unas personas y no de otras. Noelia portaba sin duda unos genes que la impulsaron hacia la jota, a conocerla en profundidad y, en suma, a enamorarse de ella.

Desde el primer momento Noelia se propuso el objetivo de bailar como los “grandes” y quedó cautivada por la vestimenta tradicional aragonesa, cuya autenticidad siempre ha buscado y que para ella no es una servidumbre sino un envoltorio estimulante y precioso para ejecutar el baile. No en vano a Noelia le han rondado siempre los duendes del escenario, como demuestran también los estudios que realizó fuera del ámbito de la jota: música, canto, piano y danza.

Su primera etapa en la jota va a abarcar toda su infancia y adolescencia, hasta los dieciocho años, cuando una lesión habida en otra actividad la apartó durante más de un año. Tras este paréntesis retomaba su actividad escénica y, al cabo de un año más, volvía a sentirse otra vez en plena forma. Ese momento coincidió con la primera asunción de una responsabilidad adicional, pues se le propuso ser codirectora del cuadro de baile. Fue también elegida Reina del Centro para el período 2010-2012, una experiencia ilusionante que se sumó a la del bienio 2002-2004, en que fue Dama de la Corte de Honor. Pero ante todo, el broche de oro lo constituirá desde junio de 2010 el inicio de su relación con nuestro querido cantador Javier Iserte, su “media naranja” y “compañero de viaje” en la vida, según palabras de Noelia, al que además del amor le une la pasión común por la jota.

Quedarse sola en la dirección del cuadro de baile marcaría el comienzo de su etapa actual, que incluyó también la responsabilidad de la escuela de baile, cargos que hasta el último día ha desempeñado con ilusión, esfuerzo, e intentando transmitir toda su técnica, así como el sentimiento, el respeto y la pasión que la jota despierta en ella. Más íntimamente, lo que marca la presente etapa es su comienzo en la jota cantada, algo que siempre le había interesado y que ha iniciado de la mano y con el aliento de Javier Iserte y del profesor César Rubio. Ahora, a Noelia y a Javier les espera Zaragoza, donde ella acabará sus estudios de veterinaria y ambos profundizarán en el arte de la jota.

Eso sí, cuando inicie su nueva vida en tierra aragonesa, seguirá conservando el recuerdo de innumerables actuaciones: Los Pilares, con su carga de ilusión y nerviosismo, y de sobreesfuerzo, dado que es siempre el festival más esperado y en el que toca rayar en lo más alto; la actuación en el Ateneo de Valencia junto a Juanjo, otro gran bailador; en Albarracín para la presentación del disco "La jota es...", de nuestro grupo de canto; la intervención de todo el grupo en el programa televisivo "Dándolo todo... Jota"; y las concentraciones, cuyo recuerdo le provoca siempre una dulce sonrisa de deber cumplido, porque por encima del cansancio del viaje, de la falta de sueño y del ambiente festivo, siempre prevalecía la voluntad del grupo de hacerlo lo mejor posible, de entregarlo todo.

Aunque su recuerdo más entrañable es el de la inmensa emoción que le produjo el canto de su novio Javier Iserte cuando ella subía al escenario para ser nombrada Reina del centro. Pudo parecer algo hierática, pues es de natural reservada, pero la emoción procesionaba por dentro como sangre que bulle.

Otra satisfacción que le ha brindado la jota ha sido conocer a algunas de sus personalidades más llamativas. Especial atracción le provocan tres acreditadas parejas de baile: Luis Enrique Langarita y Kelia Borniquel, Alex Aldea y Patricia Sariñena, y Javier Bespín y Sheila Palacino. Pero en cuanto a embrujo, fue Sandra Aragón quien fascinó a Noelia con su baile y se convirtió en auténtico ídolo y particular fuente de inspiración. En el canto femenino, se inclina por su amiga Susana Gil, María Ángeles Genzor, Beatriz Bernad y, la cantadora a la que más extensamente ha escuchado, Begoña García. En el masculino, como no, a su pareja Javier Iserte, cantador con talento y talante de humildad y de gran persona, seguido por Nacho del Rio, Toño Julve, del que destaca su condición de ágil e ingenioso versificador, y su profesor César Rubio, al que define como “excelente maestro y pozo de sabiduría respecto a la jota”. En el terreno instrumental, le emociona el maestro Juanjo Almarza, que hace hablar a los instrumentos de cuerda.

Visto todo lo anterior, la larga trayectoria en este centro y en la jota de Noelia Ortiz Cormano está, pues, delineada por su seriedad en el esfuerzo y su discreción, por la responsabilidad en su ejercicio como profesora, por su estilo elegante y depurado como bailadora, y por su buen gusto y fidelidad a la tradición a la hora de componer su indumentaria aragonesa. Son méritos y son avales indiscutibles para nuestra nueva y digna Mujer de Jota del Puerto de Sagunto.
José Mª Prats Escriche

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